sábado, 26 de enero de 2013

Fuga

De nuevo aquí. Parece que la experiencia nos obliga a realizar una publicación semanal. No era la periodicidad prevista, pero quizá sí sea la adecuada. Hoy he rescatado otro relato de entre mis viejas carpetas, ya que la revisión de "El recuerdo imaginado" ha tenido una buena acogida.

El que os presento en esta entrada se tituló "Fuga", y creo que puede mantener el mismo nombre. Espero que lo disfrutéis.

 ¿Qué como? Ayer fue un “british bacon”. No estuvo mal. A ver, no quiero otro bocadillo, ¿tapas?, ¿dónde? No, mejor un menú. Joder, tampoco me apetece. Una ración. Sí, una buena ración en “La Fábrica”. Cerrar, cerrar, guardar, salir. Hasta mañana. Por fin puntual. Ya, las dos y cuarto. Voy a tener tiempo de descansar antes del curso. Coño, se dan las gracias cuando te sujetan la puerta. Hoy han sido siete. No, ocho con la carretilla. Hace buen día. ¿Cómo te atreves a salir de casa? El so cool. Qué cabrón, debería arrancarte el retrovisor. Es un paso de peatones, hijo de puta. Aparta la cabeza. Ya veo. No está mal la carta. A dentro. ¿Para comer? Perfecto. De maniquí ante los excelsos viandantes. Ja. Patatas fritas, coca-cola y bocadillo de lomo, jamón y pimientos. Nunca lo había visto tan lleno. Obvio. Nunca había comido aquí. Cuántos solitarios. Vaya cuarteto de gilipollas. Los niñatos lo llevan escrito en la cara. Me mola el tuning tío. Qué imbécil. Las patatas están cojonudas. Debería darme estos caprichos más a menudo. Atractiva. Te mordería los labios. Suavemente. Me encanta ese aire intelectual, esas gafitas, leyendo mientras come. Lástima el menú. Una ensalada de pollo con esa mierda de salsa. ¿Rosa? ¿Tártara? No me jodas. La puta zona cinco. Otra vez. Furgoneta zona cinco. ¿En qué estás pensando? Si tuviese un par de huevos me sentaría con ella. Perdona, ¿te importa que coma contigo? ¿A qué te dedicas? ¿Qué haces esta noche? Puedo ofrecerte un seguro de salud buenísimo. En el clavo. La chapata muy tierna. Lomo jugoso. Me gusta. Apuramos el vaso y a por la siesta. Joder, tendría que haberla pedido sin hielo. ¿Hay cola? Míralos, qué panda de soplapollas. Parezco un perdedor más. A cascarla. Desalojo, yo no estoy solo. Esa niña, creo que estudié con ella. Y su amiga. En fin. Ocho euros. Que lo pague la empresa. O el capullo de la formación. Adiós. ¿Qué tal? Deprisa. ¿Qué quieres decirme? Suéltalo ya.

 - No sabía si... Carlos ha muerto.

 Silencio y vacuidad. O estupor. El despertar de la conciencia.

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